Por Mauricio Ortíz Alonso
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| Algunos dirán que el motivo del fracaso es bastante evidente... |
Para nadie es un misterio que el PAN no tiene a la fecha un candidato fuerte a la presidencia (a pesar de lo que digan Gustavo Madero y su poderosa barba), esto se agrava con factores como la fuerte división interna que tiene ya algunos años y varios descalabros electorales, el último de los cuales fue suavizado por el limitado éxito de las alianzas formadas con el PRD. El blanquiazul enfrenta uno de los momentos más críticos desde su llegada a Los Pinos, quizá de su historia, y no han sabido controlarlo; presidentes del CEN han ido y venido, ni Martínez ni 'Navalú' han logrado generar unidad entre las diferentes facciones que coexisten al interior del partido y peor aún: no han logrado colocar a algún panista en los puestos altos de las encuestas presidenciales (el que más se acerca es Creel quién no es bien visto por Calderón y los suyos).
Cierto, Calderón mismo apareció para muchos de la nada, pero las circunstancias eran diferentes: tenía de su lado a las televisoras, mismas que hoy suspiran por otro 'gallo'. El control que el Presidente ha ejercido sobre el PAN no ha servido más que para desgastarlo más, sus 'consentidos' no logran destacar por más que lo intentan y la crisis ha llegado tan lejos que hay quién afirma que la única manera de que los azules se queden con la presidencia es por medio de una alianza con el PRD, el acérrimo rival convertido en mejor amigo. Lo cierto es que el barco se les va y si no actúan con prontitud puede que en dos años el capitán termine siendo un joven de prominente copete.










